Antes de que empieces a imaginarte flotando en una nube con la sabiduría de un monje milenario, déjame decirte que el Zen no es tanto sobre levitar (aunque sería genial), sino sobre estar presente en el momento. El Zen es como esa aplicación de mindfulness, pero sin la suscripción mensual. Es una filosofía que te invita a ver la vida como es, sin adornos ni complicaciones. ¿Te interesa? Bien, porque aquí te cuento cómo puedes empezar a practicar Zen sin necesidad de mudarte a un templo en las montañas.
Dos Prácticas Zen Que Debes Conocer
Zazen: La Meditación Sentada
El Zazen es como el “Netflix and Chill” del Zen, solo que en lugar de ver series, te sientas a observar tus pensamientos pasar como nubes. Aquí te dejo una mini-guía para empezar:
La Mente: Los pensamientos van a venir, porque eso hacen, pero en lugar de seguirlos, solo míralos pasar sin involucrarte. Déjalos fluir como si fueran notificaciones molestas en tu móvil.
El Lugar y el Momento: Encuentra un rincón tranquilo donde nadie te moleste (incluso el gato). Si tienes un cojín especial para meditar (zafu), úsalo; si no, una almohada de sofá también funciona.
La Postura: Siéntate como más te guste: en loto, medio loto o sobre las rodillas. La clave es mantener la espalda recta, los hombros relajados y las manos en el regazo como si estuvieras sosteniendo una bolita de energía (o una donut imaginario, lo que prefieras).
La Respiración: Aquí no se trata de inflar globos, sino de respirar profundamente, sintiendo cómo el aire entra y sale. La exhalación debería ser más larga que la inhalación, como un suspiro de alivio después de un largo día.
Kinhin: La Meditación en Movimiento
Kinhin es para esos momentos en los que no puedes quedarte quieto. Aquí te muestro cómo caminar Zen style:
Movimiento y Respiración: Camina a paso de tortuga zen, coordinando cada paso con tu respiración. Levanta el pie derecho al inhalar, bájalo al exhalar, y repite con el pie izquierdo. Este es el paseo más deliberado y consciente que jamás darás, ¡así que disfrútalo!(Seikyuji).
Postura y Manos: Mantén la postura erguida de zazen, pero de pie. Coloca las manos en el plexo solar, con una abrazando a la otra como si estuvieras protegiendo un pequeño tesoro.
¿Qué es la Técnica Zen?
El Zen no es solo meditación; es toda una manera de vivir. Aquí te dejo un par de prácticas para incorporar el Zen en tu día a día:
Samu: Trabajo Manual
El samu es básicamente hacer las tareas de la casa con tanto amor y atención que hasta barrer se convierte en un acto sagrado. ¿La clave? Haz cada tarea como si fuera la única cosa en el mundo que importa en ese momento. Barrer el suelo, lavar los platos, cocinar… todo cuenta. (Seikyuji).
Koans: Enigmas Zen
Los koans son como esas preguntas filosóficas que te hacen explotar la cabeza. Por ejemplo, “¿Cuál es el sonido de una mano aplaudiendo?”. Son enigmas sin solución lógica que te ayudarán a abrir tu mente y a ver más allá de lo evidente.
Retiro Zen: Sesshin
Si realmente quieres sumergirte en el Zen, considera un sesshin, que es básicamente un maratón intensivo de meditación. Pasarás días en silencio, practicando zazen, kinhin y escuchando las enseñanzas de un maestro Zen. Piensa en ello como un bootcamp espiritual que te dejará más zen que un Buda en una tarde soleada.
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